12 de julio de 2011

Chica de la playa

Tengo la suerte de vivir en la playa todo el año. Y también la mala suerte de todos los que viven en la playa todo el año: que no lo valoramos.

Hoy he tenido la suerte de ser una chica de la playa con muy buenas vibraciones. Ahí va eso...

11 de julio de 2011

Casualidad y causalidad

Llevo ya tiempo pensando en la casualidad y en la causalidad. Y en todo lo que tiene de lógico e ilógico las cosas que nos pasan en la vida. Pero ya no lo pienso más. La casualidad está llena de causalidades. El poeta me lo enseñó hace tiempo.

Para que yo me llame Ángel González
Para que yo me llame Ángel González,
para que mi ser pese sobre el suelo,
fue necesario un ancho espacio
y un largo tiempo:
hombres de todo el mar y toda tierra,
fértiles vientres de mujer, y cuerpos
y más cuerpos, fundiéndose incesantes
en otro cuerpo nuevo.

Solsticios y equinoccios alumbraron
con su cambiante luz, su vario cielo,
el viaje milenario de mi carne
trepando por los siglos y los huesos (...)

Ángel González.

P.D. A lo que dicen los poetas de los versos, yo le añadiría lo que dicen los poetas de la vida: las madres y las abuelas. "Las cosas pasan porque tienen que pasar y lo que está para ti, será para ti".

4 de julio de 2011

Nota para Isa

Fin de temporada. Las casas sólo son casas y no son importantes por eso, sino por quienes viven –y lo que se vive- en ellas.

Manuel Arellano cierra por vacaciones y por obligaciones. Se cierra la puerta de la casa de las ensaladas, la de los secadores nocturnos, del sofá a medio salón, la casa de las siestas, los crepes y los Donettes.

Nos despedimos de la casa donde nos hemos reído del mundo, donde nos hemos sentido tan fuertes que se han asustado las paredes. La casa donde dejamos las cenizas de aquella quema maltrecha, la casa de las resurrecciones.

La de las cenas con amigos, la que se convirtió en Hotel Triana en feria, la de “aquí no se fuma”, la casa de las hermanas de la tele, la de la bici roja, la “estarte ahí que yo voy”.

Nuestra casa ya no es nuestra, pero estamos nosotras.