Llevar la cabeza alta no es solo una actitud. La cabeza, la cara alta, es un valor. Antes no lo comprendía. Cuando me lo enseñaron, no lo entendía. Pero ahora comprendo y llevo con orgullo haber sido leal, no haber fallado yo, no haber mentido yo, no haber jugado sucio yo.
En el papel de me la han vuelto a jugar, una se siente como pez en el agua y hasta puede sonreír y alegrarse sabiendo que dondequiera que vaya y dondequiera que esté podrá sentir que lleva la carita alta.
Y no es del todo simbología,no. Sentirse así, espiga el cuello y dibuja una sonrisa de vencedora que no se borra jamás.
Mala suerte no, buena suerte.
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