Yo sé que se ha sometido a todo un proceso de formación. Desde que vió la luz de este mundo, vino a parar a una casa con una sóla alumna. Una casita lejos de Triana pero muy agradable de visitar, donde se ha amamantado de lo mejor.
Luego vino todo lo demás, que nos poco, pero yo sé -desde que la vi y antes de verlos a ellos- que esa casita es como es. Lo sé porque se parece a la mía y porque mi padre también me mira entusiasmado cuando hablo, - como mira mi abuelo el sorteo de la lotería -como te miran a ti. Como si cada palabra tuya, bastara para sanarlos.
Yo no sé en qué romántica idea anda ahora que la une al color amarillo. Pero lo cierto es que yo siempre me la imagino ámbar. Me imagino que vivió en los sesenta y que anda en Francia por ideas políticas, que en junio llegará la amnistía -y muchos descansaremos, no ella-, que se queda esta primavera para vivir el mayo francés . Me imagino que su coche es casi ranchera y que siempre viajamos cuando el sol va cayendo porque así queda mejor con la música que lleva. Que Aute, Serrat y los Beatles son contemporáneos y vamos a un recital de Raimond con ponchos de lana y melenas largas. Y no pude evitar imaginármela cuando me reencontré con Moustaki y Le Meteque, cuando encontré su canción en Aznavour (Avec ton sourire au coin de tes lèvres).Por eso me la imagino ámbar, porque es un color cálido, y porque ha nacido para endulzarnos.
Feliz cumpleaños azúcar de caña.